CAMBIOS DE MENTALIDADES:
Visto los cambios económicos de la Baja
Edad Media conlleva otro cambio, más lento aun, pero necesario para la
expansión de capitalismo: cambio de las
mentalidades de los seres humanos de aquella Europa desde el siglo XII.
Pasaremos de una mentalidad teocéntrica (Dios es el centro de todo) a
una mentalidad antropocéntrica (donde el hombre es el centro de todo).
Son forman de pensar que dominan toda la sociedad y usaremos el arte para ver
como se manifestaban a través de ella.
A) Juicio Final por Miguel Angel (1537-1541) 13 x 12 m |
A) Matrimonio Arnolfini de Jan Van Eyck (1434) 82 x 60 cm |
EJERCICIO: señala según las obras de arte (A y B) que mentalidad (antropocéntrica o teocéntrica) correspondería a cada una. Explica o fundamenta tu decisión.
TEOCENTRICA
ANTROPOCENTRICA
Dios es el centro de todo Hombre es el
centro de todo. Individualismo
La Iglesia
los conocimientos universales, mediante:
Interpretación de La Biblia uso del método
científico
La fe
la razón
---------------------------------------------------------------------------------------Son dos visiones del mundo que conviven hasta que una supera a la otra, los ideales antropocentristas son los que prevalecen actualmente (no desapareciendo las visiones religiosas).
El historiador Le Goff nos ilustra a un
hombre medieval como un ser contemplador
y al hombre moderno, como un ser actor.
El hombre medieval era la comunidad en la visión antropocéntrica el
hombre puede experimentar y destacarse por sus logros. La facilidad de
supuestas soluciones mágicas da lugar a las acciones aventureras de hombres
destacados y orgullosos de sus logros.
Esa mentalidad será impulsada por la burguesía y demostrada en los
arriesgados viajes marítimos comerciales por el mundo.
“En el
arte del retrato la clientela burguesa influyó profundamente en la pintura.
Sentimientos piadosos y gusto por el prestigio llevaron por igual al mercader a
hacerse representar en los cuadros. El mercader comparte con el noble y el
clero de alto rango el deseo de aparecer bajo los rasgos del donante y de
hacerse inmortalizar en él (…) los mercaderes sienten más que los otros el
deseo de imponer a sus contemporáneos y a la posteridad su presencia
eternizada. A ellos no les basta con hacerse representar a veces –raramente con
los atributos de su función o –lo que es más frecuente- en medio del lujo de
sus interiores burgueses (…) Ellos, que no tienen como los nobles, los obispos
y los abades, armaduras, emblemas, mitras o cruces que simbolicen su rango
social, ponen más atención en que se reproduzcan exactamente sus rasgos. El
realismo del retrato, que responde también a otras causas de la evolución de la
pintura, refleja el deseo del mercader que encarga el retrato, de ser reconocido
gracias al parecido. No quiere que se le pueda confundir con otro, del mismo
modo que en los negocios afirma la originalidad y el valor de su firma
comercial. Le gusta que en los cuadros se represente el escenario de su hogar,
con los ricos muebles y los objetos cotidianos (…) Le gusta también verse
rodeado de su familia, sobre todo de sus hijos, símbolo de la continuidad de su
casas, de sus negocios y de su prosperidad”.
Jacques Le Goff.
Mercaderes y banqueros de la Edad Media
No hay comentarios.:
Publicar un comentario